Muchos auguran un oscuro futuro para la humanidad en el caso que los discursos hegemónicos continúen prevaleciendo.
Mientras la visión hegemónica de la política, la economía, los medios de comunicación y los líderes de opinión ve en el crecimiento económico indefinido la llave para la prosperidad humana, la erradicación de la pobreza, el desarrollo de nuestra sociedad y la felicidad de nuestros individuos, sus opositores encuentran justamente en el discurso desarrollista el meollo del mayor problema que hoy enfrenta la humanidad: La destrucción generalizada -por nosotros mismos- de los servicios ambientales y del capital natural, de los que dependemos para subsistir…. Lo que significa por supuesto la frustración de cualquier intento de prosperidad, de superación de la pobreza, de desarrollarnos, y de ser felices.